La Ciudad de las Ventanas Tristes - Capitulo 3 La Sirena

Amanece en la ciudad de las ventanas tristes, el sol se oculta entre las nubes, los sonidos comienzan a invadir con mayor fuerza cada rincón, aún hay residuos de viejos accidentes, las lluvias dedican su tiempo a limpiar recuerdos de los habitantes, el sol logra disipar el cumulo de nubes, mas solo hay un lugar que le resulta especial. Su luz se refleja en el iris de una joven, ella recostada en su cama, con su cabello danzando por la brisa del viento, su mirada dirigida a ninguna parte.

Encontrándome en la ciudad de las ventanas tristes escuche un cascabel cuando caminaba por sus calles.

Me seguía de noche,
de día,
no callaba,
no era animal,
debía salir de este recorrido,
de estos pasillos cada vez mas angostos,
me invadía incluso en sueños.

No fue sino hasta que recordé lo primero que surgió por la mañana, observar ese extraño amanecer color verde y sentirme arrastrado por los tentáculos que surgieron de él. 

Labios rojos que se apoderan de los encabezados de hoy, un viernes donde la magia gobierna, el editor traduce su nombre "Red Lips", vendiendo con ello todo el tiraje.

Hay un vigilante mencionan en las calles, deja sus labios rojos pintados en el cuello de sus víctimas, nadie conoce aun como ella es solo que se esfuma entre la bruma.
Sin embargo hay quienes piensan que es muy temprano para decirle vigilante, sus actos son criminales mencionan también, otros le nombran "Sirena" ya que se le escucha cantar o al menos es lo último que percibes antes de que te asesine.

-Solo es un rumor, un loco que corre por las calles-, Josep mantenía esas palabras en su mente mientras sostenía el periódico, atento a la noticia que se publicaba, el había seguido al criminal que encontraron hoy con esa marca de labios en el cuello, la noticia le arruinaba meses de investigación.

Llega la mañana a la ciudad de las ventanas tristes, el sol se oculta entre las nubes, los sonidos comienzan a invadir con mayor fuerza cada rincón, aún hay residuos de viejos accidentes, las lluvias dedican su tiempo a limpiar recuerdos de los habitantes, el sol logra disipar el cumulo de nubes, mas solo hay un lugar que le resulta especial. Su luz se refleja en el iris de una joven, ella recostada en su cama, con su cabello danzando por la brisa del viento, su mirada dirigida a ninguna parte.