domingo, 4 de diciembre de 2011

Alguien que deambula entre la sombra del coloso.


La tragedia
El caer.
La niebla.
Un nuevo día.


Todo es y avanza a pesar de mi, me refleja en la mirada de extraños pero solo en el temor que me emerge en sus ojos antes de dormir.

Hace tiempo pase de cosas magnificas a obtener pedazos de mi que no germinan, puedo sentirlos a cada paso.

Fue por ti cuando supe distinguir el reflejo que iniciaban en viajes mis ojos, su figura no se perdía entre la niebla, eran caminos pero esta vez no observaba extrañado esos otros seres que aguardaban por mi.

Inician con la promesa de no tener pesadillas, buscan ser la respuesta, mis padres no me guiaron a un lugar lejos de la tristeza, tantas preguntas y son los mitos los que ofrecen compañía.

Mi sombra se presenta, traza con una danza círculos en el viento, poco a poco su voz en promesas rotas se funden. 

Creo regresar a esos momentos en donde la familia me acompañaba, donde el cabello jugaba con el viento, donde creo regresar y despertar aun cuando mis sueños nadie les crea. 

¿Que fue eso que hiciste en la mañana que esperas que te perdonen?.

¿Tu y yo somos ilusiones o dime que vez ahora?.

¿Esas canciones que la felicidad te ayudo a componer?.

¿Solo en finales se mezcla la esperanza?.

Tal ves algo que existe dentro de mi tenga esas respuestas. 

Un antiguo poder. 
Una vieja flama.

El suspiro de los versos que embriagan a las personas frente a las fogatas, dragones que van y dejan escritos, idas y vueltas, principio y fin.

Observe el camino antes de oscurecer, tome tu cuerpo y viaje.

Antiguas reglas a las que no le di importancia.

Son las estrellas las que desde el origen del caos rigen con su luz la noche, mis pasos son suyos y sabrán a donde llevarme.

Me encontré con caminos que no evocaban ningún sonido. 

Sin señales. 

Las nubes que como serpiente decoraban el cielo a veces de color azul y en otras ocasiones verde.

El viaje solo era ameno por que al ver tu rostro regresaban esos recuerdos que no quería dejar morir.

Dicen aun que como nuestra entrega no existió jamas una igual.

No termina ahora.

Caminando, guiado por el deseo me encontré con un puente, mi fiel corcel de nombre Agro no se inmuto ante el olor a muerte que viajaba con la brisa del viento.

Una gigantesca entrada nos recibió, no tenia señales o grabados que indicaran algún tipo de lenguaje, era el recuerdo de esa canción que entonaban los ancianos frente a las brasas la que me sirvió para no inmutarme con el silencio.

Un pasillo largo, no había humedad o vida que no fuera vegetal en el.

Las pisadas creaban poco a poco un eco mas fuerte, mas sincero con la melancolía y terror. 

Fue entonces cuando observe el final de este recorrido, la luz me llevo a la sala principal de un templo tan antiguo como las montañas que adornan los paisajes que admire con tanta felicidad al rededor de mi vida.


Extraños seres adornaban las paredes.


Colosos de antiguos tiempos.



Seres que atormentaron la tierra. 


Sellados en estatuas que decoran con maestría el recinto.


La leyenda dice que un ancestral poder se esconde en este santuario de adoración.


Se menciona que tiene el poder de regresar a la vida a quien se ama.


Pero un gran sacrificio debe pagarse.


Obscuras sombras son las encargadas de otorgar ese milagro.








Dar vida por amor parece una justa paga...






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Navegantes de otros mares

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