Al anochecer, la razon en torno a un beso, inspirando a la luna llena a perder su rostro por tu veneno.

Tu veneno amada, recae en tus labios como fuente de placer, en ellos amantes te veneran inmortales. A cada gota un espasmo, cada arranque placer sin antídoto.

Tu voz me atrae a tu Dantesca orgía, a tu misa negra acompañada de altares necrófagos, invocando aquelarres de sueños de Sade.

Muerde mis labios. Hazlos marchitos, que mi vida gire sin retorno por tu embriagante beso. Me dejas, llenas una copa con mi sangre, la viertes por tu cuerpo desnudo, pálido. Sin inclemencias infantiles o cicatrises de viejos amores. Me pides acompañarte con el hipnotizante gesto de tus manos. acepto irremediablemente, sumergeme en tu vino, tu fuente de libertad.

Un viajero perdido, embriagado, toma patria por tus besos. Inocente víctima, las risas resuenan en el anfiteatro de su placer.

Sodomisa mis noches, comvierteme en tu Íncubo. Alimentarme con tu saliva, del rastro de sudor que emerge como elixir por tu cuello, que recorre tu cuerpo, resurgiendo de tus caderas. Quemare tu iglesia, tu cuerpo herido por la inquisición de mis deseos. Tendré cuidado de no matarte, de lamerte lo vaginal, extraer con sutileza tu perfume, entregarlo al corazón que deportaste a tu altar.

Regreso a mi forma cuando gritas en nombre del placer, hasta el mas intimo momento de tu sangre seduciendo mi mirar, y que el veneno en que nos sumergimos sea la cura para el egendrado corazón.