domingo, 30 de mayo de 2010

El amarte enmohece porque muerdes.

Me siento abnegado por tu ausencia, de tu falta de tacto. De tu actitud arrogante. El viento te rapta el aroma, me lo entrega, mi juicio su tributo.

Toda una semana te espere bajo un árbol, esperando que cayeras como casualidad a una manzana.
Espere pacientemente y sin prisa, llegando temprano, sin compromisos. Ausentando la platica con extraños animales.

Espero para esperar verte,
para oler el rocío de tu pelo,
la vibracion de tu andar,
lo exquisito de tu atuendo,
el detalle mínimo que haces al mirar atrás.

Espero, andas rápido. los compromisos te atan el alma. La corriente de río subterráneo donde fluyen mis sentimientos.

Notame como a un extranjero, como visitante, como astronauta.
No seas arrogante y muestrate un segundo a mi atención déspota, mi ojo audaz, al lienzo blanco que he preparado para ti.

Posa, que en tu divina espalda el color se derrame, que marque tu horizonte.
Que el silencio nocturno viole tu arrogancia y así estés para mi como un caldero listo para alimentarme.

De tus pisadas seguiré tu errante rastro, de tu pestañar el código para encontrarte en sueños. Me levanto a buscarte, ni tu rastro encuentro, tu olor anteriormente penetrante no percibo. Quedo tambaleante como quien espera a la esperanza en un quirófano.

E quedado enfermo de ti. Como obra de arte mal apreciada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Navegantes de otros mares

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...