Hay raíces que sirven de vinculo,
vibran...,
se moldean con el pensamiento.
Habitan en recuerdos.
Entre las pinceladas de un pintor.
No ve un mundo.
Vive perdido en su tiempo.
Los cuentos se hilan en tela de araña, la vieja muñeca es reparada otra vez.
Canciones que componen brisas, entre preguntas que piden respuestas de "si" o "no".
Viajeros luchan por tomar la espada, se preguntan que dios les dejo esa promesa de tierra y reinado. Una dama camina en dirección contraria a el sol, les observa, mirada negra de mujer minina.
Los caballeros le dejan pasear entre la sangre de sus batallas. Las guerras del puente arcoíris.
Del Ginnungagap el viajero se levanta. No hay tierra a sus pies, no hay color en su ropa, el es la noche eterna, encerrado en el abismo, despertando del sueño inducido por Shivá.
Hoy despertó y no solo busca a la dama de mirada esmeralda, hay del ser que posea su alma y su futuro en sus manos.
Un extraño ser, arlequín de la vida, danza y sostiene una esfera donde el cuerpo del viajero descansa.
vibran...,
se moldean con el pensamiento.
Habitan en recuerdos.
Entre las pinceladas de un pintor.
No ve un mundo.
Vive perdido en su tiempo.
Los cuentos se hilan en tela de araña, la vieja muñeca es reparada otra vez.
Canciones que componen brisas, entre preguntas que piden respuestas de "si" o "no".
Viajeros luchan por tomar la espada, se preguntan que dios les dejo esa promesa de tierra y reinado. Una dama camina en dirección contraria a el sol, les observa, mirada negra de mujer minina.
Los caballeros le dejan pasear entre la sangre de sus batallas. Las guerras del puente arcoíris.
Del Ginnungagap el viajero se levanta. No hay tierra a sus pies, no hay color en su ropa, el es la noche eterna, encerrado en el abismo, despertando del sueño inducido por Shivá.
Hoy despertó y no solo busca a la dama de mirada esmeralda, hay del ser que posea su alma y su futuro en sus manos.
Un extraño ser, arlequín de la vida, danza y sostiene una esfera donde el cuerpo del viajero descansa.
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