jueves, 1 de julio de 2010

Sangre en un despertar decembrino



Enlaza mis manos con esa irreverencia tuya, con tu gesto desinhibido, como en aquel diciembre en el que me tomaste a igual que un lienzo para dibujar en la nieve. Lacérame con tu danza y has esquivos mis deseos. Que no sea la noche cual volviste eterna.

Darme la hoguera de tus pasiones para impedir así que mueras de frio. Que las brazas se glorifiquen con mi mascara. Aun cuando abandonado con ella, me marca una sonrisa y un mirar alegre.

No quiero estar y tampoco aburrirte cuando la obscura noche se adentre.

Observo por cada ventana, por cada grieta, orificio, brisa y ceniza presente, esperando de ti un alarido, un sollozo, una carcajada, cualquier cosa que me haga sentir cercas de ti. No ese recuerdo en que me abrazas y te alejas para no volver a verte.

Una esencia de tu aroma bastaría para mitigar esta soledad en el asilo en el que me esperan los sentimientos que hiciste surgir en mi.

Solo deseo saber que volverás, que vienes por mí. Que a pesar del tiempo, no le habitan olvidados frente a tristes brazas de una antigua chimenea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Navegantes de otros mares

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...