lunes, 26 de julio de 2010

Capitulo 3 - episodio 1

Un sonido se pierde al hablar de un sobre que brinda su conocimiento. Aun huele a tinta...

Un día lluvioso perdiéndose en un único hueco de luna, grita la ventana por sutil golpeteo del rayo en la tierra, la nieve que albergaba al castillo se disuelve dejando ver antiguas bestias que custodian el recinto. El viento incesante toco a la puerta abriéndola, dejando por toda la recepción hojas y lodo, la carta termina de leerse, da cobijo al desconsolarse en el pecho envuelto en corsé rojo con matices purpuras.
El agua y la tierra entrevén pisadas desconocidas, estas que aprovechan la confusión acogiéndose en el castillo avanzan por la recepción con paso firme y cauto, suben las escaleras principales tomando por sorpresa al único sirviente disponible en aquel lugar. Un grito ahogado por la empuñadura de una daga en la garganta, la sangre que con terror se precipita al suelo.
Una lágrima sobre el papel se desploma, como único ruido el paso fuerte de tal vez un hombre aproximándose a la habitación. Abre la puerta, un encuentro de miradas, un saludo hilarante acompañado de un gesto torcido vaticinando la despedida. La carta es envuelta en llamas por la única vela que alumbra la habitación, la joven que no inhibe su mirada de los ojos de aquel siniestro hombre, espera a que reaparezca el silencio que ha sido perturbado.
Uno permanece de huésped en la habitación, el otro se marcha. Las pisadas se aproximan a un abrigo sofocado por el viento frio exhalado de la entrada, toma lo aterido, le queda perfectamente.
El corsé termino en el suelo, la herida no deja de pintar con su color el lugar. El silencio se perturba por el relinchar de un caballo. La joven se sostiene en su escritorio, se recuesta, la nieve aun cae y su brisa hiela las mejillas. La luna que brindaba un blanco hermoso estorba su mirar con nubes. La ventana termina cediendo al sutil golpeteo del viento, la corriente conquista a la mujer, le lleva al suelo amablemente manchándose como la tela mas fina en accidente de bebida.
La noche cesa en el tiempo y su abrazo perpetuo en la habitación deja paso al amarillo naranja de amanecer.

1 comentario:

  1. Tu manejo de la narrativa es muy sutil, poético y con leve toque sombrío. Muy bueno. Saludos.

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Navegantes de otros mares

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