La bestia que perdió sus plumas parte 2

Un árbol de granadas da su primer fruto en los campos eternos, Hades lo toma, recuerda en ese instante aquel momento cual al mirar por ves primera y con detenimiento en los campos de Enna, la doncella que provocaría el primer palpitar real en su corazón. Rodeada de ninfas ella quien recogía las mas hermosas flores, solo dedicaba su tacto a la naturaleza, solo un segundo y el comportamiento de Hades cambio, hizo aquello que no se le permitió y con fuerza tomo a la joven, asustadas las ninfas desaparecieron por el horror que les causo ver a un dios tan tenue y lleno de sombras. Atenea y Artemisa, no pudieron intervenir, corrieron a con Deméter quien preparaba una corona de flores, gritando de dolor por la noticia del rapto de su hija. 



Hades sostiene la granada, aquella que le dio de probar para asegurar su retorno, por que a pesar de todo Perséfone se convirtió en su corazón y no puede estar lejos de el. 

Perséfone avanza a su portal, Deméter le besa la frente y el mundo comienza a tomar el color naranja que le caracteriza en estas fechas, un color que remonta a la melancolía menciona su madre al verle partir. 


Hades prepara el camino, cuando un chillido se adentra en su oído, Eris aparece y le pide que no cierre el portal y que deje escapar a Cronos, Hades le mira y puede sentir como a cada segundo un temblor se intensifica, No le cierres Hades se puede escuchar sutilmente por los labios de la diosa, Hades no obedece. Así perduro el momento, en desafío por ambas partes, hasta que Perséfone salio del portal y fue a los brazos de su amado.