en la caída del deseo que no compartes,
disimula el gran cielo, aquel que se disfraza en las doce arenas de tu cuerpo.
Dame en sacrificio un poema de viento. Al rocío de la luz que convierten esto en un capitulo.
Mírame de cerca, dilata tu mirada, preocúpate por elegir cual no sacrificar.
embellece con cada gota, enloquece en cada baile, saca a caminar el cerrar los ojos.
Desempolva tu mirada fija, inunda tus agrietados labios, tiembla como lo solías hacer al citar el movimiento de la luna en el agua. combinémonos en tu ultima travesura.
Transformarme en el amante de tus besos, en tu sangre y vino, embriagarte en el dibujo que trazas con tus dedos por mi cuello.
Dame oportunidad de ganar esta batalla, esta lucha constante, sin gloria, como un bolero contado por tus viejos amantes que te han enamorado al verso. sin armadura ni aroma, permite pelear por tu cuerpo.
Sentir tus ojos llameantes, vivos..., espero el ocaso donde me regales tu sonrisa y no solo me des otoños faltos de hojas.
No mires el reloj, no seas cobarde, cuando el tiempo no atardecía y eras el juego que resuena con un ligero zumbido vacilante, de muro a muro seducido por tu brisa.
Sigues temblando...
Cito lo ultimo.
Al encontrarte servicial, pero al mismo tiempo ausente, elocuente y deprisa.
Con fino rostro, delineado por la mano del viento, tu mirada que remonta a lo pasado y tu cabello que embellece el silencio poco frecuente cuando se esta a tu lado.
Algunas ocasiones espiando algunos sueños, tal vez un poco de realidad, como el mal sepultado en la mas alta torre, observándote a la sombra aun cuando no podre gobernarte nunca.
Y al final me doy cuenta que nunca e escrito para ti, en las primeras hojas de tu libreta.
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